Daniel

José Daniel
46 años

La primera vez que supe de la Asociación de Espina Bífida fue hace 20 años a través del Centro de Rehabilitación y Educación Especial DIF de Nuevo León.

Antes de ser miembro de la Asociación, me sentía perdido, no sabía a dónde acudir para tener una atención a mi salud, no sabía qué hacer puesto que necesitaba un tratamiento especializado por mi padecimiento para tener una mejor calidad de vida y no sabía que existía una Asociación especializada en Espina Bífida.

Al volverme miembro de la Asociación de Espina Bífida todo comenzó a ser más positivo en mi vida, sentí una gran mejoría en mi calidad de vida, convivir mejor con mi familia, la sociedad y laboralmente. Mi vida personal mejoró mucho, me siento alegre al poder conocer y crear relaciones con personas con mi misma situación lo cual ha sido muy enriquecedor porque puedo intercambiar experiencias para modificar conductas o hábitos incorrectos.

Desde que tengo memoria he tenido una lucha constante por sobrevivir y salir adelante con mi padecimiento, para mi madre ha sido difícil desde que yo nací, he tenido a lo largo de mi vida distintas operaciones y terapias para mejorar mi condición. Ha sido una lucha no solamente en la parte física sino también la parte mental, el trabajar con mi autoestima no ha sido sencillo pero doy gracias a mi familia que me ha apoyado, he aprendido a valorar mis defectos y verlos como fortalezas y lograr ver mis virtudes para ser una mejor persona. Las circunstancias han forjado mi carácter para enfrentar las cosas y hoy puedo sentirme 100% integrado a la sociedad, soy licenciado en Recursos Humanos, me siento cada día más independiente y disfruto mi vida.

En la vida no hay imposibles si realmente lo crees y te propones conseguir lo que buscas, tu puedes llegar hasta donde la fortaleza de tus pensamientos, tu espíritu y tu voluntad te lleven.

Mientras exista en ti la esperanza jamás debemos desistir.

Yael Humberto

María Guadalupe

Somos 3 en la familia, mi hija Lupita y mi hijo Yael de 12 años.

Mi hijo Yael fue detectado con espina bífida al nacer, por recomendación de los médicos fue que vine a la Asociación de Espina Bífida de Nuevo León. Antes de venir a la asociación me sentía perdida, sin orientación y con miedo pero al llegar a la Asociación ocurrió algo muy lindo, sentí como si llegara a mi casa, me sentí en familia. Aquí encontré más información y orientación sobre el padecimiento de Yael y gracias a eso pude brindarle una mejor calidad de vida de la mano con la Asociación.

Gracias a la ayuda de Dios hemos logrado ganar batallas y los logros son diarios, nuestra fortaleza principal viene de Dios y después de nuestra familia y la familia en la Asociación que nunca nos ha dejado solos.

Itzel Anahí

Alma Leticia y José Alberto

Tenemos 3 hijos Itzel Anahí, Lizbeth Alejandra y José Alberto.

Nuestra hija Itzel Anahí de 25 años tiene espina bífida y desde hace 15 años formamos parte de la Asociación de Espina Bífida de Nuevo León y ha sido de gran apoyo puesto que vemos que siempre se preocupan por dar la mejor información y tener siempre lo necesario para que todos los padres conozcamos mas sobre la prevención y el tratamiento de las personas con Espina Bífida.

Cuando vinimos a la Asociación por primera vez, vinimos desde Monclova Coahuila un grupo de más de 10 niños con discapacidad y la Asociación nos recibió con los brazos abiertos, les agradecemos mucho eso.

Desde ese momento mi hija ha tenido un seguimiento médico integral. Se ha reducido el estrés económico en la familia porque antes era muy costoso y difícil mantener a nuestra hija, sin embargo la Asociación nos ha apoyado mucho, nos consiguen los medicamentos y los aparatos ortopédicos a muy bajo costo.

Hoy mi hija Itzel trabaja en un consultorio médico como secretaria, es muy enriquecedor ver que mi hija ha logrado adaptarse a una vida normal y lograr su independencia a pesar de las dificultades físicas, Iztel es una mujer muy segura y alegre, realiza la mayoría de sus actividades personales por sí misma, logró terminar la preparatoria a pesar de tener que ser intervenida quirúrgicamente en 12 ocasiones.

Existen niños especiales pero también hay padres especiales porque es una bendición tener un hijo con discapacidad, aprendemos a ver la vida desde otro punto de vista y aprendemos a valorar las cosas más simples y sobre todo, aprender a ser papá y mamá y formar una familia mas sólida.

Isabel

Amanda

Mi hija Isabel Cisneros tiene 18 años y su diagnóstico es mielomelingocele, espina bífida.

Hace 15 años que acudimos por primera vez a la Asociación de Espina Bífida de Nuevo León, nos enteramos de la Asociación por parte del CREE. Al entrar fue alentador, aprendimos muchas cosas que no sabíamos y nos ayudan en todo tiempo, son muy amables. Nos sentimos animadas por pertenecer a la Asociación.

Desde que estamos en la Asociación nos han ayudado con cosas importantes como medicamentos, sondas y cosas que Isabel necesita para su salud. Siento también mucho apoyo al tener un seguimiento médico para Isabel dentro de la Asociación, hemos descubierto más a detalle su padecimiento para ser mejor atendida.

Una de las más grandes bendiciones en mi vida es que Isabel aún esté con nosotros.

Todas las personas con alguna discapacidad son una gran bendición para la sociedad y sus familias, es hermoso amarlos así como son, y pido para que Dios los ayude a todos los niños, jóvenes y adultos del mundo.

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